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¿Te gusta o funciona?: La diferencia entre gusto personal y efectividad en marketing

  • Foto del escritor: Elvin D. Rojas Rosado
    Elvin D. Rojas Rosado
  • 9 jul
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 19 jul

En un mundo donde la creatividad impulsa la innovación en marketing, es vital recordar que no todo debe juzgarse por percepción personal, sino por impacto comprobable.

Personas discutiendo una estrategia de mercadeo

En la industria de la publicidad y el mercadeo, donde creatividad e innovación son motores clave, las opiniones subjetivas abundan. Frases como “no me gusta ese color” o “yo creo que no conecta” son comunes en salas de revisión. Sin embargo, cuando se trata de evaluar estrategias o ejecuciones —especialmente aquellas que rompen esquemas establecidos como un brand guide— las decisiones no deben depender de gustos personales, sino de evidencia respaldada por data.


Las estrategias de marketing se desarrollan a partir de objetivos de negocio concretos: aumentar el reconocimiento de marca, generar leads, mejorar conversión, entre otros. Evaluar si una táctica funciona debe estar ligado directamente a métricas claras. En este contexto, la subjetividad no solo puede entorpecer el proceso creativo, sino que puede derivar en decisiones erróneas que afectan el rendimiento de la campaña.


Esto se vuelve aún más crítico cuando las ejecuciones creativas se desvían de un brand guide con intención estratégica. A menudo, romper las reglas del manual es precisamente lo que capta la atención del consumidor en un entorno saturado. Pero para que esa decisión se sostenga y no sea descartada por una simple “sensación” de incomodidad, debe estar acompañada de hipótesis claras, pruebas A/B, datos de comportamiento de audiencias y aprendizajes previos.


Además, el juicio subjetivo tiende a reflejar la perspectiva de un individuo, no la del mercado objetivo, impactando la efectividad en marketing. Lo que a un ejecutivo le parece arriesgado, puede resonar perfectamente con una audiencia joven. Por eso, los equipos deben fomentar una cultura donde la data guía las conversaciones, no las preferencias personales.


Esto no significa que el instinto creativo no tenga valor. Todo lo contrario: el instinto puede generar ideas disruptivas, pero es la data la que válida si esas ideas cumplen su propósito. La fusión entre intuición creativa y análisis riguroso es donde ocurre la verdadera innovación en publicidad.


Las revisiones sin fundamentos objetivos corren el riesgo de frenar la evolución de la marca. En una era donde cada decisión puede ser medida en tiempo real, apostar por la subjetividad es un lujo que las marcas no pueden permitirse. Dejar que los datos hablen no solo protege la efectividad de las campañas, sino que también le da espacio a la creatividad para evolucionar con propósito.


En resumen, la subjetividad es parte del proceso creativo, pero las decisiones deben estar guiadas por algo más sólido: evidencia, objetivo y estrategia.

Sobre el autor:

Imagen de Elvin D. Rojas Rosado, autor del artículo.

Elvin D. Rojas Rosado es un especialista experimentado con un historial demostrado de trabajo en la industria del marketing y la publicidad. Experto en ventas, administración, investigación de mercado, marketing de contenidos, marketing online y desarrollo de estrategias publicitarias digitales. Cuenta con una Maestría en Administración de Empresas (M.B.A.) enfocada en Administración, Gestión y Operaciones de Empresas de la Universidad de Phoenix y un Bachillerato en Publicidad de la Universidad del Sagrado Corazón.


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